lunes, 10 de febrero de 2020

Opinión Grupo 5 (2.0)

La exposición del grupo 5 (2.0) ha expuesto algunos puntos bastante interesantes, los cuales me gustaría destacar, ya que, han hecho que mi conocimiento, con respecto, a la genética haya incrementado un poco más . Uno de ellos es la historia de la genética por que repasa cada uno de los acontecimientos más importantes de la genética. Me gustaría destacar dos fechas, en especial, 1866 con las leyes de Mendel y 1996 con la Oveja Dolly. Creo que son dos fechas y acontecimientos que marcaron un antes y después en esta historia por que gracias a esto, hoy en día, tenemos recursos para saber de quién descendemos y como podemos alterar algunas especies para adaptarlas a nuestras necesidades.
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Figura 1. La Oveja Dolly
En cuanto al ADN, me gustaría destacar una característica que me aparecido interesante es que el ADN (ácido desoxirribonucleico) es la base de la genética. Creo que este hecho es cautivador, ya que, esto es necesario para comprender toda la genética y toda la historia que lleva detrás. Otro dato es que los humanos tenemos 23 cromosomas. Es importante destacar esto por que, ya no solo entiendes una gran parte de genética, si no puedes entender por que se producen muchas de las enfermedades de hoy en día, e incluso, mutaciones. 

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Figura 2. Translocación 
Finalmente cabe destacar, el proyecto que se creó en 1990, para la investigación de la genética más específicamente la de los genes. Esto es importante destacar, ya que, a partir de aquí se pueden hacer más descubrimientos, en cuanto a especies, y más mutaciones.
En cuanto a la exposición de mis compañeros, creo que ha estado bastante completa y el power point era llamativo y con pocas palabras. Ya no solo cabe destacar eso, si no su actitud a la hora de enfrentarse a la presentación, ya que, han hecho un gran esfuerzo para explicar un tema que no era de su rama.


ARTÍCULO
El ADN, la llave maestra de la evolución humana

Los avances en genética incorporan matices fundamentales al clásico debate sobre si nacemos o nos hacemos. Las mutaciones esconden la clave de esta revolución en ciernes


Como objeto químico, el ADN puede reclamar una nutrida lista de padres: Mendel, Bateson, Luria, Delbrück, McClintock, Chargaff, Franklin, Watson, Crick, Venter. Como objeto de polémica, sin embargo, el ADN se puede rastrear hasta un solo nombre, y uno bien notable. El de Francis Galton, el primo listo de Darwin, como se le llama a veces con ingeniosa mala uva (contra Darwin, se entiende).

Fue Galton quien planteó la forma moderna del gran debate “naturaleza contra crianza” (tiene más sonoridad en inglés: nature vs nurture). ¿Nacemos o nos hacemos? El ADN se suele identificar con el “nacemos”, y el aprendizaje, con el “nos hacemos”. Pero esto no es más que un error generalizado y persistente. La realidad es mucho más interesante que todo eso.

El ADN es la forma en que la crianza se graba en nuestra naturaleza. El zoólogo y escritor británico Matt Ridley lo llama nature via nurture, a la naturaleza mediante la crianza, en una solvente paráfrasis del dilema galtoniano. Esta es la clave para entender el ADN como objeto de polémica.

Tomemos el cáncer. Pocos cánceres son hereditarios, pero todos son genéticos, porque se deben a una acumulación de mutaciones en el texto del ADN de nuestras células. Cada una de nuestras neuronas o de nuestras células del hígado lleva una copia del genoma humano entero y gracias a eso puede funcionar. El ADN no es solo el vehículo de la herencia de padres a hijos, sino también el manual de funcionamiento de cada una de nuestras células durante toda nuestra vida.

El tratamiento del cáncer ya se está beneficiando de la tecnología del ADN, pese a que la oncología genómica está solo en sus comienzos. Los líderes de esta disciplina, como Bert Vogelstein, calculan que los principales tumores se deben a la acumulación a lo largo de la vida de media docena de mutaciones clave de entre las miles que acumula cualquiera de nuestras células, y en particular las cancerígenas. Estas mutaciones son distintas en cada tipo de tumor. En las mujeres con cáncer de mama, por ejemplo, ya es una práctica común analizar sus genes clave, porque de ello depende el tratamiento óptimo, sea una modesta quimio o una radical extirpación preventiva de las mamas. Esta estrategia se está generalizando en otros tipos de cáncer.

Entonces, ¿el cáncer es naturaleza o crianza? Es las dos cosas. Todos hemos visto esas fotos de una familia en la que tres generaciones de mujeres han muerto de cáncer de mama. En este caso, la herencia es la que pesa: las mutaciones con las que esas mujeres nacieron fueron la causa de su destino fatal. Un caso más común es que alguna mutación u otra venga puesta de nacimiento y que el resto se haya adquirido durante la vida, a veces por factores cancerígenos como el humo del tabaco o la radiación ultravioleta de la luz solar. Y otras veces —muchas otras veces—, por mero azar. Este es un concepto importante al que dedicaremos un párrafo.


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